Investigan sobre las buenas prácticas sociales, políticas y ambientales ante el cambio climático

Mar, 12 Abr. 2022 | 16:08

La Dra. Sarah Patricia Cerna Villagra categorizada en el Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores (PRONII) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), en conjunto con otros investigadores publicaron un estudio sobre los principales hallazgos respecto a las buenas prácticas de carácter social, político y ambiental que las organizaciones llevan adelante en un contexto caracterizado por un modelo agrícola exportador y de profundo impacto del cambio climático en el país, en el libro “Ambiente, cambio climático y buen vivir en América Latina y el Caribe” del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Durante la investigación se entrevistó a diferentes organizaciones para saber su percepción sobre el cambio climático en el medioambiente, los eventos climáticos a nivel socioeconómico y en la seguridad alimentaria. Además, del rol de las organizaciones ante el cambio climático, las buenas prácticas políticas, sociales y ambientales implementadas por las organizaciones estudiadas y las medidas adoptadas para mitigar el impacto del cambio climático.

Los participantes comentaron que muchas comunidades no tienen caminos, su sistema de electricidad es vulnerable, se caen las columnas, tienen un puente que pone en riesgo constante la vida de los seres humanos, aparte de los eventos climáticos que sufren las comunidades que es la sequía y la lluvia extensa. “El cambio climático hace que hoy día no podemos decir que esta es la época de siembra de tal cosa, porque vos sembrás y viene la sequía y destruye todo entonces lo que nosotros trabajamos” explicó uno de los entrevistados.

Además, coinciden en que, si comienzan a entender que el cambio climático es una realidad, las familias pueden estar preparadas y tomar medidas como, tener su silo metálico o almacenar las semillas en bidones, pueden hacer almidones en bolsas porque probablemente no habrá mandioca, pueden tomar distintas medidas. Entonces se trabaja con las familias en la gestión de riesgo y de cambio climático. También se fomenta mucho el banco de semillas.

Entre los principales impactos manifestados por las personas entrevistadas se encuentran; la disminución sobre el rendimiento de la producción de alimentos para la venta y autoconsumo, debido a las sequías, lo cual afecta principalmente la seguridad alimentaria e hídrica de grupos con alta dependencia a rubros agropecuarios. A parte, aumenta la migración de jóvenes y hombres de familia, en busca de oportunidades alternativas para generar ingresos. También la destrucción o daño de viviendas por tormentas, inundaciones y fuertes vientos, que imponen la reubicación forzada de grupos de familia.

Además, en esta investigación se encontró que las comunidades rurales e indígenas en Paraguay cuentan con conocimientos, prácticas, ideas y proyectos viables y sustentables tanto en lo económico, social como ambiental. Estas experiencias realizan una óptima utilización de los recursos naturales a través del reciclaje, promueven el rendimiento moderado de los cultivos, de las tierras y los suelos, así como también una mayor calidad nutricional de los productos agroecológicos que, en última instancia, tendrán un impacto medioambiental moderado.

Las buenas prácticas recogidas en el material pueden servir de guía para las instituciones públicas y organismos no gubernamentales, al momento de acompañar y fortalecer procesos productivos que ya están funcionando y que ponen en el centro a las personas, sus culturas, su desarrollo socioeconómico y la preservación de sus entornos naturales.

El Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores (PRONII) es financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) con apoyo del FEEI.

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