Evalúan evolución alimentaria de la población paraguaya

Mar, 30 Mayo. 2023 | 9:06

Profesionales del Instituto Desarrollo (ID) identificaron dos fuentes amplias de cambio nutricional que probablemente desempeñaron roles importantes en las mejoras observadas en los determinantes nutricionales, las mismas fueron el fuerte crecimiento económico y los cambios notables en las políticas. El proyecto recibió G. 734.990.364 por parte del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) a través del Programa PROCIENCIA con apoyo del FEEI.

Durante el periodo del estudio la economía paraguaya experimentó cambios dramáticos, estimulados por un crecimiento económico rápido e inclusivo, reformas políticas y aumentos en el gasto social. Estos cambios se tradujeron en un crecimiento del ingreso que fue especialmente favorable para los pobres. La tasa de pobreza en Paraguay se redujo de 40,6 % en 1997 a 28,9 % en el 2016, mientras que el índice de Gini (Medida de la desigualdad) cayó de 54,9 % a 47,7 % en el mismo periodo.

Paraguay logró avances significativos en el desarrollo de infraestructura, especialmente en el acceso a agua potable y saneamiento. La adopción de un sistema de gestión de servicios subsidiado liderado por la comunidad ayudó a mejorar el acceso a agua potable, de manera que, a fines del 2012, el 73 % de la población rural del país tuvo acceso a agua potable, en comparación con solo el 26 % en 1997.

Así también el país experimentó importantes avances en el estado nutricional infantil, pues la prevalencia de desnutrición crónica bajó del 14,5 % al 5,9% a nivel nacional, impulsada por disminuciones significativas tanto en áreas rurales como urbanas. En particular, la prevalencia de desnutrición crónica se redujo en un 54,9% en las zonas rurales y en un 57,2 % en las zonas urbanas. Los departamentos de San Pedro (77,9%) y Central (69,8%) experimentaron los mayores descensos y los departamentos de Itapúa (28,1%) y Alto Paraná (29,3%) registraron los menores descensos en la prevalencia de desnutrición crónica.

Asimismo, se observó que la obesidad y el sobrepeso se encontraron fuertemente asociados con el bajo peso al nacer, pues niños nacidos con bajo peso tenían casi el doble de probabilidades de ser obesos o presentar sobrepeso que los nacidos con peso normal.

Por otro lado, existe una fracción importante de la población cuya calidad de la alimentación está siendo afectada por la sustitución de alimentos no procesados de alta densidad de nutrientes por otros de alto grado de procesamiento industrial. En hogares donde se consume mayor cantidad de alimentos ultraprocesados, es menor el consumo de verduras, legumbres, carnes, pescados y mariscos y lácteos, cereales, tubérculos y raíces y pan común, alimentos considerados de alta densidad nutricional.

Finalmente, la implementación de estrategias de manejo de riesgos a nivel de hogar será crucial para hacer frente a los efectos del cambio climático. Sin embargo, las mismas deben ser implementadas en el marco de una visión integrada y consensuada de políticas públicas que busquen gestionar los riesgos futuros del cambio climático. La complejidad del cambio climático y sus efectos en la seguridad alimentaria y la nutrición de hogares agrícolas, requiere de políticas públicas coordinadas e integrales que consideren las externalidades de este fenómeno en diferentes dimensiones.

El grupo de investigación lo conformaron Tatiana Berioshka López Romero, Lyliana Elizabeth Gayoso de Ervin, John Newman, Chad Meyerhoefer, Vit Bubak, Florencia Cuneo, Paul Alan Ervin, Sara María Inés Meza Arrúa, Jorge Giuliano Chamorro Correa, Leonardo Alfonzo, Matteo Cellamare y Jose Molinas.