Nuevo acuerdo global por la biodiversidad y su impacto en América Latina
El reciente artículo “¿Será el nuevo acuerdo global por la biodiversidad otro esfuerzo fallido?”, publicado en varios medios digitales de Latinoamérica, por el Dr. Alberto Yanosky, categorizado en el Sistema Nacional de Investigadores (SISNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), analiza los desafíos y oportunidades del Marco Global para la Diversidad Biológica de Kunming-Montreal, adoptado en la COP15. Este acuerdo busca revertir la pérdida de biodiversidad mediante metas como la protección del 30 % de los ecosistemas terrestres y marinos para 2030, y la restauración del 30% de los hábitats degradados, pero enfrenta importantes retos para su implementación efectiva.
El Dr. Yanosky comentó la importancia de que el acuerdo no solo quede en compromisos sobre papel, sino que se traduzca en acciones concretas respaldadas por financiamiento sostenible y voluntad política. El artículo resalta cómo la falta de cumplimiento de las Metas de Aichi (2011-2020) sirve de advertencia para no repetir errores.
Según el Dr. Yanosky, la implementación efectiva del marco global depende de abordar desafíos estructurales, como la desigualdad entre países desarrollados y en desarrollo, y garantizar la participación activa de las comunidades locales e indígenas. “América Latina, con su extraordinaria biodiversidad, tiene un rol clave, pero necesita apoyo financiero y técnico para transformar estas metas en resultados tangibles”, añadió el profesional.
Además, se destacó la necesidad de integrar la biodiversidad en la planificación económica y de desarrollo, promoviendo la cooperación regional en ecosistemas compartidos como los bosques amazónicos, los pastizales del Chaco y las zonas costeras. Ejemplos como los programas de conservación en el Gran Chaco Americano o en los humedales del Pantanal muestran que la colaboración entre gobiernos, comunidades y organizaciones es fundamental para alcanzar estos objetivos.
El Dr. Yanosky explicó que el éxito del acuerdo dependerá de un enfoque holístico que combine conservación, sostenibilidad económica y justicia social. “El futuro de la biodiversidad está directamente ligado al futuro de nuestras sociedades. Este marco es una oportunidad única para redefinir nuestras prioridades y trabajar juntos hacia un desarrollo verdaderamente sostenible”, refirió Yanosky.
El análisis pone en perspectiva el enorme desafío que representa revertir la crisis de biodiversidad, pero también subraya que, con compromiso y cooperación global, este nuevo acuerdo podría marcar un punto de inflexión en la relación entre la humanidad y la naturaleza.