Producen semillas de maíz con tecnología propia gracias al apoyo del PROINNOVA

Mar, 13 Mayo. 2025 | 18:09

Julio Gracietti y Maristela Raiter de Gracietti, representantes de la empresa paraguaya Compañía Agrícola de Desarrollo y Comercialización SA (CADEC), cuentan con orgullo la historia detrás de un ambicioso proyecto que está marcando un antes y un después en el desarrollo de tecnologías agrícolas en Paraguay. Gracias al apoyo del Programa PROINNOVA del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), la empresa logró culminar exitosamente la producción de semillas de maíz libres con tecnologías de resistencia a plagas y herbicidas, desarrolladas íntegramente en el país.

El proyecto, denominado “Producción de semillas híbridas de maíz con tecnología innovadora en pos de generar soberanía alimentaria, competitividad, calidad e inocuidad de cultivos”, tuvo como objetivo central la incorporación de tecnologías ya existentes en el mercado internacional dentro de las líneas genéticas propias de la empresa.

A diferencia de otras empresas multinacionales que importan semillas con tecnologías ya incorporadas, CADEC desarrolló localmente su propia genética y luego fijó las tecnologías de tolerancia a insectos y resistencia a herbicidas, como el glifosato. Este proceso demandó años de trabajo, experiencia técnica especializada, y un banco genético propio que la empresa venía consolidando desde hace tiempo.

“Fuimos la primera empresa nacional en desarrollar genética propia de maíz con tecnología incorporada. Eso nos pone en una posición única en el país. Hoy podemos competir con grandes compañías, jugando en la liga de primera”, destacó Maristela Raiter de Gracietti, vicepresidenta de la empresa.

Durante el proyecto, se desarrollaron tres tipos de híbridos de maíz: uno de alto rendimiento, uno de inversión media y otro más accesible, especialmente pensado para pequeños productores y comunidades con menos recursos. Estos productos fueron seleccionados estratégicamente para atender distintos segmentos del mercado, asegurando que la tecnología también beneficie a los sectores más vulnerables.

Además de los beneficios económicos y productivos, las semillas con tecnología incorporada permiten a los agricultores reducir el uso de agroquímicos, gracias a su resistencia genética, lo que disminuye costos y riesgos ambientales.

Para lograr la incorporación completa de las tecnologías a las semillas locales, el proyecto involucró a 57 personas en tareas directas, además de una gran cantidad de colaboradores indirectos. El proceso incluyó trabajos extensos de campo, aislamiento y cruzamiento de plantas, selección genética, y validación de resultados.

También se adquirieron nuevos equipos específicos para el tratamiento y procesamiento de las semillas, como una balanza transportadora, un secadero adaptado, ascensores, sensores, sistemas de riego y clasificadoras de semillas. Estos equipos se instalaron en una unidad de clasificación especialmente construida para este propósito.

En una iniciativa solidaria, la empresa donó semillas con tecnología incorporada a varias municipalidades del país, beneficiando a pequeños productores de Itapúa, Alto Paraná y otras regiones. De esta manera, se brindó acceso a tecnología de calidad a sectores que históricamente no habían podido acceder a ella.

Según explicó Reiter el camino no estuvo exento de desafíos administrativos, los representantes de la empresa destacaron el valor del apoyo recibido a través de PROINNOVA. “Fue un impulso fundamental. Gracias a este proyecto, hoy competimos de igual a igual con empresas de primer nivel. Pasamos de estar en segunda división a jugar en la primera liga”, expresó Reiter.

Actualmente, los productos ya se comercializan a nivel nacional, con resultados muy positivos en rendimiento, tolerancia a sequías y adaptabilidad. En regiones como el Chaco, las semillas han demostrado un desempeño sorprendente, con buenos márgenes de retorno para los productores.

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