Pier Cacciali Sosa
Investigador describió y registró nuevas especies de reptiles y anfibios para el país
Pier Cacciali Sosa es biólogo especializado en herpetología y actualmente se encuentra trabajando en Taxonomía de reptiles de Paraguay. Entre sus aportes más importantes se encuentra la descripción de nuevas especies de reptiles y anfibios, entre ellas cuatro nuevas especies para la ciencia y varios registros nuevos para el país.
Actualmente, cuenta con 66 artículos publicados, principalmente sobre herpetología (ecología, taxonomía, conservación, etc.), en distintas revistas científicas.
Pier nació el 27 de diciembre de 1978 en Uruguay. Radicado en Paraguay desde 1989. Está casado con Irene Gauto, también bióloga y con quien tiene dos hijos, Dante y Rafael, y actualmente viven en la ciudad de Lambaré.
En esta entrevista el investigador, Pier Cacciali, cuenta cómo se inició en el mundo que tanto lo apasiona, el mundo de la investigación científica.
¿Cómo fue para iniciarse y dedicarse a la investigación?
Probablemente fue una curiosidad natural. Cuando estaba estudiando en la facultad, no era común que se mencionen los artículos científicos, y solo estudiábamos de libros. Yo usualmente me preguntaba cómo los investigadores daban a conocer sus hallazgos. Nunca nos enseñaron eso. Yo pensaba que, si hacía alguna investigación, debía tal vez presentarla al departamento de biología de la facultad. Recién cuando estaba terminando la carrera, me enteré que las investigaciones se difunden en revistas científicas, empecé a leer y también a investigar.
¿Tuvo algún mentor o tutor que haya marcado u orientado su línea de investigación más importante?
La persona en la que pienso cada vez que recuerdo mi carrera, es mi amigo y colega Frederick Bauer, él fue quien guió mis primeros pasos en la herpetología y quien me enseñó mucho. Posteriormente, el Dr. Norman Scott, quien trabajó muchos años en Paraguay. Me introdujo en las metodologías de estudio de anfibios y reptiles. Ambos han marcado mi carrera positivamente.
¿Cuál cree usted que ha sido el aporte más importante que ha dado a la ciencia y al Paraguay en sus años de trabajo?
La descripción de algunas nuevas especies para la ciencia, con lo cual aumenta el conocimiento sobre la riqueza biológica del país.
Entre los nuevos registros para el país están: Dendropsophus melanargyreus (Cope, 1887), Drymoluber brazili (Gomes, 1918), Micrurus silviae (Di-Bernardo, Borges-Martins & Silva, 2007), Ophiodes fragilis (Raddi, 1826), Lygophis paucidens (Hoge, 1952), Philodryas livida (Amaral, 1923), Chironius exoletus (Linnaeus, 1758). Entre las nuevas especies para la ciencia: Homonota rupicola Cacciali, Ávila & Bauer, 2007, Phalotris normanscotti Cabral & Cacciali, 2015, Ophiodes luciae Cacciali & Scott, 2015, Homonota septentrionalis Cacciali, Morando, Medina, Köhler, Motte & Avila, 2017.
¿Cuáles son las metas o sueños relacionados a la ciencia o investigación?
Mi sueño es ver al Paraguay en una alta posición académica. Afortunadamente, en el área de herpetología somos varios los que estamos trabajando, y ya los colegas de la región conocen lo que hacemos y colaboramos con ellos.
Y otro sueño que tengo, es que el país pueda contar con un museo de historia natural al cual los adultos puedan asistir con sus hijos, como en otros países. Un lugar donde se haga investigación, haya exhibiciones dinámicas, y el público entienda y se entusiasme con las actividades que ofrece el museo.
¿Qué espera de la juventud que se dedica a la Ciencia y a la investigación?
Espero que la juventud reclame el espacio que le corresponde y siempre luche para que el Paraguay promueva la investigación científica. El país ya ha dado un paso enorme en ciencias y tecnología, y esto no debe parar, ni mucho menos retroceder. Es necesario que los jóvenes sigan aprovechando las herramientas que ahora se les ofrece.
¿Qué sacrificios implica hacer investigación en Paraguay?
Sacrificios económicos fundamentalmente. Como cuando tras una crisis económica en España, en la que muchos rubros se habían cortado (especialmente en investigación) le preguntan a un investigador, qué sentía tras haber publicado tan valiosos aportes, y el investigador respondió “hambre”.
Muchos colegas entre los 90 y 2000, debieron buscar alternativas laborales ajenas a la investigación, dado que nadie podía vivir de la investigación, al menos en el área de recursos naturales.
Para mí también fue difícil. Es por eso que el Programa Nacional de Incentivo a la Investigación (PRONII), es algo sin precedentes en Paraguay y brinda a los colegas la posibilidad de dedicarse a la investigación, a transmitir los conocimientos, y a publicar en revistas internacionales en donde el mundo entero puede ver que Paraguay progresa aportando a la comunidad científica investigaciones de buen nivel.
¿Le ha pasado algo curioso o anecdótico durante alguna investigación?
Realizando investigaciones en el campo, anécdotas sobran, como ataques de animales, caídas, problemas con algún vehículo, etc. Pero particularmente recuerdo que una vez que estábamos con unos colegas estudiando los efectos de una represa que se debía llenar. Cruzamos un arroyo de unos 50 cm de ancho, y caminamos por un campo abierto. Luego, viendo nuestro reloj, nos dimos cuenta de que la represa se estaba por cerrar y debíamos salir del campo, antes de que se empiece a inundar. Nos atrasamos, y al llegar al arroyo debimos cruzarlo con el agua por la cintura, sujetándonos de la vegetación para no ser arrastrados por la corriente. Al final, lo logramos y encontramos una hermosa yarará en el camino. Guardo unas lindas fotografías del animal.
¿Un mensaje o frase que pueda dedicar a los jóvenes interesados en seguir una carrera científica?
Mi carrera me llenó de satisfacciones personales, ya que, ver impresos los resultados de mis investigaciones, es muy gratificante. Solo el que escribió sabe todo el esfuerzo que hay detrás de esas palabras. Además de eso, mi carrera me ha llevado a conocer lugares increíbles y gente magnífica que quedan impregnados para siempre.
Finalmente, me siento privilegiado de observar a la naturaleza y no solamente verla; de poder saber qué ranas están cantando en un charco cuando la mayoría de las personas solo escuchan ruidos; en definitiva, a percibir el entorno con otros sentidos y con conocimiento.
