Investigadores presentaron prácticas pedagógicas innovadoras en escuelas públicas

Vie, 13 Jul. 2018 | 8:20

   

Con el objetivo de generar una educación abierta, reflexiva y un espacio donde crear y aprender sean los principales motivos para acudir a la escuela, fue llevado a cabo el proyecto de investigación denominado “Prácticas didáctico-pedagógicas innovadoras en escuelas públicas”.

El cambio en los espacios ha sido uno de los ejes y logros más importantes de la propuesta de innovación construida entre las escuelas Kunumi Areté, San Roque y San José. Durante la ejecución de la investigación, los alumnos de estas escuelas aprendieron que la escucha abierta, el respeto, la mirada sobre los otros y sobre ellos mismos, son potentes generadores de transformación social.

Los investigadores fueron; Noelia Buttice Docente, Psicóloga y Coordinadora pedagógica en la Escuela Kunumi Arete, Ana Portillo, Diana Serafini, Gabriela Walder y Rudi Elías.

La psicóloga Noelia Buttice, nos comentó más acerca de la investigación, sus implicancias y beneficios para la comunidad educativa.

-¿Cómo surgió la idea del proyecto?

Surgió de una iniciativa compartida entre la escuela comunitaria Kunumi Arete de Aregua y el centro Investigación para el Desarrollo, organizaciones en las que trabajamos y desde las cuales presentamos un proyecto de investigación acción en la convocatoria del programa PROCIENCIA del CONACYT.

A través del proyecto nos propusimos abrir espacios de encuentro, para aprender y pensar acerca de nuestras prácticas pedagógicas en conversación con otras propuestas filosóficas y pedagógicas (la escuela activa de Indalecio Cardozo, los fundamentos filosóficos de las Escuelas de Reggio Emilia ) a partir de las cuáles pudieran surgir innovaciones pedagógicas para las escuelas públicas.

-¿Cuáles fueron los objetivos?

Por un lado sistematizar la práctica pedagógica que venía teniendo nuestra escuela Kunumi Arete en conversación con otros compañeros investigadores y con colegas de otras instituciones educativas.  Por otro, esta idea que mencionaba anteriormente, la de aprender y de llevar a cabo innovaciones pedagógicas en torno a la vida cotidiana de las escuelas a partir del encuentro y la conversación con otras formas de estar, de aprender y de enseñar sensibles a la escucha y atentas a las relaciones que se establecen entre los adultos y los niños. Propuestas que principalmente valoricen los currículums emergentes y flexibles, y la construcción de espacios amigables, el juego, la exploración infantil, la documentación pedagógica, entre otros aspectos significativos.

Los encuentros involucraron a dos docentes  de Congres Indians de Barcelona (una escuela que tiene una propuesta educativa alternativa de carácter público e impulsada por las propias docentes), a directivos y docentes de dos escuelas públicas de Aregua: San Roque y San José, y al equipo coordinador y pedagógico de Kunumi Arete.

-¿En qué etapa se encuentra?

El proyecto terminó formalmente a fines del año 2016. Durante los casi dos años que duró el proceso contamos con el apoyo de la Secretaría de Educación, Cultura y Deportes de la Gobernación del Departamento Central, y de la Supervisión de Apoyo Técnico Pedagógico Nivel 1, Región 10, Zona 23 de Aregua. Esos vínculos posibilitaron el desarrollo de otros espacios de encuentro y reflexión en torno a la creación de nuevos proyectos de Atención a la Primera Infancia por parte de la Secretaría de Educación, Cultura y Deportes de la  Gobernación de Central,y de un espacio permanente de formación que actualmente vincula todos los meses alrededor de diferentes temas a Kunumi Arete y a docentes de veinte escuelas públicas, a través de un proyecto con la Supervisión Pedagógica de Aregua.

-¿Qué resultados arrojó hasta ahora?

Lazos que siguieron creciendo a pesar de la terminación del proyecto. Aprendizajes que continúan resignificándose todo el tiempo.  Por ejemplo, que la escucha abierta, la apertura, el respeto, la mirada sobre los otros y sobre nosotros, son potentes generadores de transformación. La disponibilidad a la conversación, la predisposición amorosa, dieron lugar a la confianza y a la libertad de expresión, aunque no exentas de tensión y de conflicto. La conversación desplegada a través de las palabras, pero también a través de los cuerpos y de las tareas en común nos tejió en un nosotros más abarcador y receptivo. Estar en permanente reflexión acerca nuestros modos como equipo investigador, de cómo nos aproximábamos a los otros protagonistas del proyecto (escuelas públicas, autoridades, familias) dio lugar a aprendizajes, rectificaciones de itinerarios y crecimiento en esta cuestión epistemológica de pensarnos subjetivamente implicados en aquello que deseamos abordar.

-¿Cuáles serían los beneficios que ofrece el proyecto a la población?

Pensamos que este tipo de proyectos beneficia a toda la comunidad porque favorece que las personas puedan encontrarse y reconocer sus potencias siempre y cuando se acompañen de ciertas condiciones de disponibilidad y atmósferas de tiempo extendido. Descubrir las potencias singulares y colectivas genera una explosión de afectaciones que traspasa lejos las paredes de la escuela. Desde el principio del proyecto buscamos afianzar a las docentes en su práctica. Preguntarnos cómo se aprende, qué necesita cada uno para aprender, nos permitió contemplar aquello de que ser aprendiente y enseñante son posiciones intercambiables. Muchas veces se ha puesto esfuerzo en el desarrollo de capacitaciones centradas en la entrega de contenidos que no despiertan el deseo de los docentes. Capacitaciones que los consideran meros transmisores, que los ubican como sujetos pasivos, y que  no se traducen en experiencias de aprendizaje. Es decir, no se traducen en experiencias en las que el docente pueda transmitir su propia relación con dicho conocimiento, con la vida que le late dentro. Y eso es nefasto, porque somos las docentes, las personas adultas las que transmitimos el deseo de vivir a las nuevas generaciones. Por eso, es motivo de alegría que a lo largo de un proyecto  un niño o una niña que antes no quería ir a la escuela, ahora quiera asistir, aprenda y la disfrute.

-¿Qué apoyo encontró en el CONACYT para el desarrollo del proyecto?

No hubiéramos podido tener el impulso siquiera de soñar el proyecto sin el apoyo de CONACYT.  Por eso creemos y pedimos que haya más inversión e incentivo en convocatorias para educación.

-¿Qué hace que este proyecto haya sido significativo?

Sin dudas, la experiencia de que la construcción de innovaciones educativas haya sido  en el sector público y desde lo público con un abordaje de investigación acción que permitió la conversación y el surgimiento de respuestas creativas  a los problemas de la escuela y de la comunidad a partir de sus propios protagonistas. La investigación acción, que como investigador te involucra afectivamente desde lo vincular, siendo parte vital de lo que está ocurriendo, recuperando la potencia del presente que es el lugar donde está teniendo sitio la vida, nuestras vidas y la de los niños y niñas.

Pensamos que las experiencias no son replicables, que el aprendizaje que deja una marca no se queda congelado, por el contrario,  se resignifican con cada lectura o en cada nuevo encuentro y por esa misma razón nos parece ilusoria cierta lógica de evaluación que queda muy ceñida a resultados inmediatos, observables y productos. Que las investigaciones y las convocatorias deben ser abiertas a epistemologías de la complejidad que son las más adecuadas para dar cuenta de lo que sucede en Educación.